Llega el mes de las bodas, además del de las ferias, así que nosotras ¡felices, felices! La organización de bodas está cambiando y cada vez son más las celebraciones que se caracterizan por la diferencia, que se salen de la clásica ceremonia en la iglesia y el banquete en un salón, y que, por supuesto, innovan con los regalos, las fotos y el vídeo de recuerdo. Las bodas son una de las fiestas más divertidas de organizar, porque al final, el objetivo último, es celebrar el amor de una pareja que se une.
Y lo mejor después de una boda ¿qué es? Sí, el viaje, pero después: los aniversarios. Nosotras tuvimos la oportunidad de contribuir a las bodas de plata de una maravillosa pareja con esta cesta de alfileres que se repartieron entre las invitadas. Para nosotras fue algo realmente bonito porque ya son pocas las parejas que permanecen juntas tanto tiempo y, como sabéis, somos unas románticas.
Entre tanto romanticismo no podía faltar los clásicos alfileres de la novia. Porque lo nuevo es muy bonito, pero hay ocasiones en que ciertos detalles clásicos apetecen mucho, y esta era una de ellas. A pesar del clasicismo del detalle, los alfileres iban decorados en fieltro de todos los colores, lo que les daba un toque fresco. La cesta también la hizo mi madre.
